miércoles, 21 de septiembre de 2016

CCCXCVI.- Versiones y perversiones del bizcocho de San Fanourios


Si algo he aprendido durante todos estos años es lo complicado que resulta ser original, cuando cocino me contento con hacer versiones de platos que he probado o de recetas que voy recopilando.

         Es difícil establecer el límite entre la versión y la perversión. En la música puede que sea más sencillo. Primero identifico el original: Frank Sinatra, extraños en la noche (https://www.youtube.com/watch?v=-T-WpMMRrh0). La versión sería de Julio Iglesias (https://www.youtube.com/watch?v=eqGzqZsZ_i0). He encontrado una perversión estupenda del Pescadilla (https://www.youtube.com/watch?v=gjrKpnaLy7c).

         De las tres opciones yo me quedo con la del Pescadilla, está claro que si quisiera seducir a alguien lo haría con la perversión del Pescadilla, no con la receta original o con la versión ortodoxa y relamida de Iglesias.´

         Pervertir tiene su origen en el latín, pervertere, que significaba volcar, invertir o dar la vuelta.

         La vida y la cocina están llenas de vueltas y de revueltas, de pequeñas o grandes perversiones. Por razones que no vienen al caso leía hace unos días sobre la leyenda de Leda y el Cisne, obsesión de Zeus por seducir a jovencitas – con Europa se convirtió en toro, con Egina prefirió tomar la forma de un Águila, con Día optó por un caballo, con Leda un cisne -. Puede afirmarse, sin lugar a dudas que Zeus era un perverso y que para sus tropelías se convertía en distintos animales.

         He buscado distintas versiones de los actos de seducción de Zeus, la que más me ha gustado es la atribuida a Boucher, un pintor francés del siglo XVIII, plena efervescencia rococó. A Boucher le atribuyen una evocación del mito de Leda y el Cisne que seguramente no pasaría los filtros de permisividad del Facebook, por eso dejo el enlace para los más osados (https://es.pinterest.com/pin/131448882851266755/). Como no quiero ser expulsado de las redes me contento con reproducir un cuadro de Boucher también sobre Leda y el Cisne políticamente más correcto.
François Boucher. Leda and the Swan.

         Toda esta digresión sobre la perversión tiene que ver con San Fanourios, un santo griego ortodoxo especializado en ayudar a encontrar objetos perdidos y en predecir el destino de las jóvenes solteras. San Fanourios se celebra el 27 de agosto, ese día quienes han perdido algún objeto de valor o las solteras que quieren saber cuál será su futuro le ofrecen un bizcocho, el bizcocho de San Fanourios.

         El pasado domingo para culminar mi gran comida griega me dispuse a cocinar un bizcocho en honor del santo, ni he perdido nada ni estoy intrigado por mi futuro, pero me apetecía hacer un dulce griego que no fuera muy empalagoso.

         Esta es la receta del bizcocho, tomada del recetario de Vefa:

Precalentar horno 180 c.- Molde con matequilla y harina.

Se mezcla (175 g de harina pastelera, con levadura, 175 gm de nueces, canela y clavo. En una batidora se vierte el aceite de oliva (120 ml, puede ser de girasol), 120 ml de zumo de naranja, 4 cucharadas de brandi. En otro cuenco se baten los 4 huevos con el azúcar (300 rm de azúcar glasa) hasta tener una masa ligera y esponjosa.

Se vierten los ingredientes líquidos en la mezcla de frutos secos y se remueve bien. Luego se añade la mezcla de huevo de modo esponjoso.

Se vierte en el molde y se hornea 45 minutos. Se sirve con azúcar glas y frio.

Sobre esta receta empecé con las versiones hasta convertirla en una perversión.

Empecé separando las yemas de las claras, puse en el thermomix las claras con una pizca de limón y otra de sal para levantarlas a punto de nieve.

En un bol me puse a batir las yemas con el azúcar – 200 gramos en vez de 300 -, lo batí bien hasta que las yemas empezaron a blanquear.

Añadí el zumo de naranja y ralladura de la piel de naranja, como no tenía brandy le añadí un chorrito de amareto. Aceite preferí el de oliva en vez de girasol.

Incorporé la harina tamizada y seguí batiendo la masa. Después incorporé las claras levantadas a punto de nieve.

Puse en un plato sopero 85 gramos de nueces picadas y otros 85 gramos de manzana pelada y partida en pedacitos.

Mezclé con cuidado de que la masa no perdiera mucho volumen, luego pasé la mezcla al molde y lo puse en el horno, 25 minutos en vez de los 45 que indicaba la receta.

La receta inicial de San Fanourios se convirtió en un bizcocho esponjoso de nueces y manzana. El 27 de agosto en el calendario católico es santa Mónica, por lo que el bizcocho lo hice en honor de santa Mónica.

Si en música me quedé con el Pescadilla y en pintura con la versión pornógrafa de Boucher, en pastelería no me quedaba otra opción que pervertir a San Fanourios.

2 comentarios:

  1. Me ha hecho gracia lo de los santos que cada uno es a quién se le pide algo, yo no soy mucho de "eso" pero sí tengo a uno que nunca me falló, "San Expedito", me aprobaban en bachillerato, me encontraba las cosas perdidas y alguna chorrada más. El bizcocho no tiene que estar nada mal, aunque lo mío es lo salado. Jubi

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