domingo, 29 de julio de 2012

CAP.CLXVI.-Sardeles Plaki.


La verdad es que en esos planes iniciales del verano me reservaba una entrada de sardinas para mi bajada a Salobreña, sin embargo enredando en internet esta tarde me he encontrado con una receta griega – las sardeles plaki – que ha desbaratado todos mis planes; la receta ha aparecido por casualidad, cuando buscaba el nombre de algún pescado autóctono griego por la red; no es muy complicada, pero la breve entradilla que la acompañaba era sumamente evocadora.

La página web en cuestión se llama In the food for love, es española, aunque no lo parezca - http://inthefood4love.blogspot.com.es/2012/05/sardinas-con-calabacines-al-horno.html -, y arranca de este modo: “Sabores de Lesbos es un recetario maravilloso, repleto de recetas cuidadas al detalle, buenos consejos prácticos y excelentes fotografías. Pero en su libro, Effie no solo nos descubre la rica tradición culinaria de su isla natal, Lesbos, sino que también relata con mucha chispa recuerdos de su infancia, cuando recopilaba en un cuaderno las recetas que pedía a su madre, su abuela, las madres de sus amigas, sus vecinas, etc. Nos cuenta, por ejemplo, cómo su abuela cruzaba en barca dos veces al año a la cercana costa turca para ir a recoger la cosecha que producía el terreno de sus suegros. Y la barca regresaba rebosante de legumbres, uvas pasas, pasturmás (chacina de tradición bizantina elaborada mediante el curado de carne de vacuno o incluso de camello), longanizas, delicias turcas, berenjenas secadas al sol, ristras de tomates, frutos secos, orejones, agua de rosas y rakí (aguardiente). Entremezclados con las especias y las cacerolas, este y otros muchos recuerdos reflejan una parte de la historia moderna de Grecia”.

Podría lanzarme un farol y contar que navegando en balandro frente a las costas de Lesbos gané la orilla a nado para tomarme unas sardinas en un chamizo en la playa; no será así, viajo en un barco grande, en un crucero, y Lesbos no está entre las paradas previstas, ni pasamos cerca.

 Para 4-6 personas

 Ingredientes:

1 kilo de sardinas

 3 tomates maduros grandes

 ½ kilo de calabacines

 1 buen puñado de perejil fresco, picado muy finito

 3 dientes de ajo laminados o machacado

 1 taza de aceite de oliva

 80 ml de vino blanco o 1 vasito de ouzo

 1 c.s. azúcar

 Sal

 Pimienta negra recién molida



Elaboración: Precalentamos el horno a 170ºC.

 Limpiamos las sardinas quitándoles las tripas y las escamas. Retiramos la cabeza y la espina. Las lavamos muy bien y las dejamos escurrir sobre papel de cocina.

 Lavamos los tomates y retiramos las semillas. Los pasamos por el rallador de mayor grosor y desechamos la piel.

 Lavamos, secamos y troceamos los calabacines en láminas finas.

 Pincelamos un molde para horno con la mitad del aceite, distribuimos las láminas de calabacín en filas y las sazonamos. Cubrimos con los filetes de sardinas, añadimos el tomate y el vino, y agregamos la sal, el azúcar, la pimienta y el perejil. Añadimos el ajo y el resto del aceite.

 Horneamos durante 20-25 minutos aproximadamente.



Sugerencia: si deseamos obtener un sabor aún más pronunciado, podemos sustituir el perejil por albahaca fresca.-

Me atrevo a meterle un poco de mano a la receta planteando la posibilidad de presentar el plato con un poco de ralladura de cáscara de limón, en alguna ocasión tendré que escribir sobre la buena/mala relación entre los cítricos y los pescados.



Buceaba en la red buscando un cuadro con peces plateados, supuse podría ser algo de Klee, al final me llevé una sorpresa divertida ya que hay un pintor cubano muy joven que se llama Yampierre – se escribe así, lo prometo – Sardina; se venden sus cuadros a poco más de 35 euros en la red; me encanta la desfachatez con la que algunos países sudamericanos se pasan por el forro la vieja tradición de poner nombre en Europa, Yampierre bien merece un hueco en el corazón del diletante, que este atardecer no alcanzará las playas de Lesbos, aunque no descarta hacerse con unas sardinas en cualquier otro puerto.

3 comentarios:

  1. Rico plato de sardinas que me ha recordado a unas que comí asadas en Santurce y nunca he vuelto a comer otras semejantes y creo nunca haberlas hecho debido al tremendo olor que dejaban en la casa pero en cuanto tengo ocasión las pido. El bodegón de luminosidad y colorido excepcional, nos descubres pintores sorprendentes. Jubi

    ResponderEliminar
  2. Que buenas las sardinas así ummmmmmm

    ResponderEliminar
  3. Gracias, Diletante, por tan bonita mención. Deseo que tu viaje a Grecia sea inolvidable. Si necesitas referencias de restaurantes en Atenas, no dejes de escribirme.

    ResponderEliminar

Muchas gracias por los comentarios, es la única manera de poder mejorar. Esta página surge por la necesidad de compartir algunas inquietudes, de ahí la importancia de tu mensaje.